Publicado en: Artículos, Branding, Estrategia · Lectura: 5 min. · agosto de 2024

En un entorno empresarial en constante evolución, el rebranding ha emergido como una estrategia clave para revitalizar la identidad de las marcas, reposicionarse en el mercado y adaptarse a las nuevas expectativas de los consumidores.

Sin embargo, más allá del impacto en la percepción externa, el rebranding puede tener efectos profundos en la dinámica interna de la organización, influyendo en la motivación, la cultura y la productividad del equipo. En este artículo, exploramos cómo un proceso de rebranding bien gestionado puede contribuir significativamente al aumento de la productividad en una empresa.

Renovación del orgullo y la motivación del equipo

Uno de los beneficios más evidentes de un rebranding exitoso es el incremento en la motivación y el sentido de orgullo entre los empleados. La identidad corporativa no solo define cómo se presenta una empresa al público externo, sino también cómo los empleados perciben su rol dentro de la organización. Según el estudio de Balmer y Greyser titulado Corporate Marketing: Integrating Corporate Identity, Corporate Branding, Corporate Communications, Corporate Image and Corporate Reputation (2006), la alineación entre la identidad corporativa y la cultura interna tiene un impacto directo en la motivación de los empleados, afectando su desempeño y su productividad.

La claridad y la alineación de objetivos estratégicos después de un rebranding son clave para mejorar la productividad del equipo.

Cuando una marca se renueva de manera coherente y con un propósito claro, los empleados pueden sentir un mayor compromiso con la organización. El rebranding puede proporcionarles un nuevo sentido de pertenencia y un propósito revitalizado, lo que se traduce en un impulso en la productividad. Esta conexión emocional con la nueva identidad de la empresa refuerza la disposición de los empleados a dar lo mejor de sí mismos en su trabajo diario.

Claridad y alineación de objetivos estratégicos

Un proceso de rebranding eficaz va más allá de un cambio en el diseño; incluye una revisión profunda de la misión, visión y valores de la empresa. En su artículo Bringing the Corporation into Corporate Branding (2003), Hatch y Schultz subrayan la importancia de alinear la identidad corporativa con la cultura interna para garantizar que los empleados estén alineados con los objetivos estratégicos. Esta alineación genera claridad en la dirección que debe seguir la empresa y facilita que los empleados comprendan cómo su trabajo contribuye al éxito general.

Cuando los empleados tienen una comprensión clara y compartida de la misión renovada, sienten que su trabajo tiene un propósito más definido. Esta claridad reduce la ambigüedad y mejora la coordinación entre equipos, optimizando el flujo de trabajo y, en consecuencia, la productividad del equipo. Un equipo que entiende claramente los nuevos objetivos de la empresa es más eficiente y enfocado, lo que resulta en un mejor rendimiento general.

Transformación de la cultura organizacional y el entorno de trabajo

La cultura organizacional es un factor determinante en la productividad del equipo, y el rebranding puede actuar como un catalizador para su transformación positiva. En su estudio The Six Conventions of Corporate Branding (2003), Knox y Bickerton exploran cómo una estrategia de branding coherente y renovada puede fortalecer la cohesión interna y mejorar la percepción que los empleados tienen de la empresa. Durante un rebranding, las empresas suelen revisar y ajustar sus valores centrales, actualizando la comunicación interna y, en algunos casos, rediseñando el entorno laboral para reflejar la nueva identidad.

La alineación entre identidad corporativa y cultura interna es crucial para maximizar la productividad en cualquier proceso de rebranding.

Estas mejoras no solo influyen en la percepción externa de la marca, sino que también impactan en cómo los empleados interactúan entre sí y con la organización. Una cultura renovada, que se alinee con los valores reafirmados durante el rebranding, fomenta un ambiente de colaboración, innovación y compromiso, todos factores cruciales para un aumento en la productividad del equipo. Además, en ocasiones, la renovación de la marca incluye mejoras en el diseño del espacio físico, lo que puede mejorar el bienestar de los empleados y su capacidad para trabajar de manera eficiente.

Mejora en la comunicación interna y procesos colaborativos

La comunicación efectiva es esencial para la productividad de un equipo, y el rebranding puede ofrecer la oportunidad perfecta para mejorar este aspecto. En su investigación Building Strong Brands in a Modern Marketing Communications Environment (2009), Keller destaca cómo un rebranding bien gestionado no solo fortalece la identidad externa, sino que también puede optimizar los canales de comunicación internos. Estos cambios pueden incluir la modernización de las herramientas digitales y la simplificación de los procesos de comunicación, lo que mejora la colaboración entre equipos y reduce las fricciones.

Con una comunicación más clara y efectiva, los empleados pueden trabajar de manera más sincronizada, lo que reduce errores y mejora la eficiencia. En lugar de enfrentarse a malentendidos o a procesos obsoletos, un equipo que cuenta con herramientas modernas y alineadas con la nueva identidad de marca puede colaborar mejor, optimizando el uso del tiempo y los recursos.

Atracción de talento y retención de empleados

Un efecto adicional y positivo de un rebranding exitoso es la capacidad de atraer y retener talento de calidad. En su estudio The Challenge of Corporate Branding (2002), Schultz y de Chernatony argumentan que una marca renovada y atractiva tiene más posibilidades de captar la atención de profesionales en el mercado laboral. Una empresa con una imagen moderna e innovadora resulta mucho más atractiva para aquellos que buscan un entorno de trabajo dinámico y alineado con sus valores.

La atracción y retención de talento son beneficios clave de un rebranding que impactan directamente en la productividad a largo plazo.

Además, los empleados actuales también se ven beneficiados por esta renovación. Una empresa que invierte en mejorar su identidad corporativa envía un mensaje claro de crecimiento y evolución, lo que refuerza la fidelidad de los empleados y disminuye la rotación. Mantener un equipo estable y comprometido tiene un impacto directo en la productividad, ya que reduce la necesidad de formar nuevos empleados y permite que el equipo continúe trabajando de manera eficiente con el conocimiento acumulado.

Conclusión

El rebranding de una marca no solo afecta su percepción externa, sino que también tiene el potencial de mejorar significativamente la productividad del equipo. Al revitalizar la identidad corporativa, se pueden incrementar la motivación y el orgullo de los empleados, alinear los objetivos estratégicos, transformar la cultura organizacional y optimizar la comunicación interna. Además, una marca renovada tiene una mayor capacidad para atraer y retener talento, lo que refuerza la estabilidad y el rendimiento del equipo a largo plazo.

A través de estudios como los de Balmer y Greyser (Corporate Marketing: Integrating Corporate Identity, Corporate Branding, Corporate Communications, Corporate Image and Corporate Reputation), Hatch y Schultz (Bringing the Corporation into Corporate Branding), Knox y Bickerton (The Six Conventions of Corporate Branding), y otros, queda claro que un proceso de rebranding bien gestionado no solo mejora la percepción externa, sino que también impulsa la productividad y el rendimiento interno. La clave radica en cómo la empresa comunica y ejecuta esta renovación, asegurando que cada miembro del equipo se sienta alineado con la nueva visión y propósito de la organización.

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